Desde que los desastres naturales, las guerras, los asesinatos y los suicidios masivos incrementaron el déficit en la capacidad de los cementerios terrestres y la especulación inmobiliaria terminó por limitar las posibilidades de ocupación de nuevos terrenos para el descanso en el más allá, la Luna ha empezado a cotizarse cada vez más como camposanto. Puede usted elegir entre pequeñas fosas en los cráteres menores, baratos nichos en los cráteres polares o sofisticados panteones en las exclusivas regiones oscuras: a aquellos que quieran asegurar la paz eterna, se les sugiere reposar en el Mar de la Serenidad, para los que creen que la fiesta prosigue en la otra vida nada mejor que el Mar de la Fecundidad. Los aventureros encontrarán acogedora la cordillera de los Alpes lunares. Las parcelas pueden adquirirse a plazos, con facilidades especiales para los poetas, quienes como se sabe, debieron ser desalojados de sus propiedades años antes, a fin de emprender tan ambicioso proyecto urbanístico.
Sobre este Blog
Si tuviera que describirme, diría: yo leo... textos, música, paisajes. De los primeros me convertí en lectora animada por los cuentos que escuchaba cada noche y a través de la ecléctica biblioteca de mis padres. Mi madre nació en el Alto Caura y ahí pasó sus primeros años de vida, comiendo ají picante y jugando con los maquiritares, cuya fraternidad me arropó de niña. Mi padre era de la sierra ecuatoriana. Creció en las faldas del volcán Cotopaxi y atravesó medio continente con una guitarra bajo el brazo para que yo naciera. Con esa historia no puede ser extraño el nombre de este blog. Es además un homenaje a mi alimento predilecto y el título de un relato que disfruté mucho escribir.¿Buscas algo?
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Esa que miro
Uy… espero que al menos allá exista un poco de orden en el tema de la ocupación del espacio, o tal vez que se entienda que el espacio, en algunos momentos, puede ser algo un poco trivial. Un beso, T